Sobre la catástrofe de Chernobyl creo se ha dicho y escrito todo sobre el por qué, sus consecuencias, la heroica actuación de tanta gente, biorobots, liquidadores, bomberos, médicos, personal civil de la zona y sobre todo de Kiev que acudieron como voluntarios, el regreso de los antiguos habitantes a la zona...tantas y tantas cosas....la escasa seguridad, dicen, de la central, o la desorganizada actuación posterior...Cuando veía y leía la reacción mundial ante el accidente de Fukusima me alegré de que se reconociera el esfuerzo y el sacrificio de tanta gente pero no dejaba de pensar en los que dejaron su vida en la cuenca del río Pripyat aquel fatídico 26 de Abril de 1986 y posteriores que jamás , que yo sepa, tuvieron el mismo reconocimiento y lo digo desde la cabeza porque así lo pienso y desde el corazón porque conocí a muchos de ellos.
Hoy y sin ningún animo de minimizar aquella tragedia si no todo lo contrario quiero contaros algo en mi opinión sorprendente.
Cuando a la gente le falla la tierra suele mirar al Cielo y eso les ha pasado a los rusos con demasiada frecuencia en su Historia y eso hicieron cuando explotó Chernobyl y pronto encontraron en la Biblia una profecía que predecía que aquello pasaría porque Chernobyl en ruso significa Ajenjo, la flor del Ajenjo y, busca que te busca, encontré con ayuda de mi amigo Leshennikov hace tiempo el pasaje al que se referían y aquí os lo dejo literalmente :
"Apocalipsis, 4, 6-13: Y los siete Ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche. Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres Ángeles!"