Leo en la Prensa de hoy que ha fallecido en Georgia Antisa Jvichava. Dicho así no tendría mas importancia salvo por el hecho de que la señora en cuestión había nacido el 8 de Julio de 1880, es decir que tenía ¡¡¡132 años¡¡¡¡¡ y que el Gobierno georgiano ha solicitado su inclusión en el libro Guinnes de los récords.
No imagino cuantas cosas ha vivido y cuales de ellas podría contarnos si se hubiera dado el caso de haber podido....
Solo se conocen en el mundo algun caso similar al de Georgia de longevidad colectiva en Pakistán (Hunza) y en Ecuador (Villacamba) y me he recordado al leerlo de un viejo proverbio ruso en el que se desea salud siberiana y longevidad caucasica y que, traducido, resulta el título de esta entrada.
Solo nos queda salir corriendo para allá aunque me temo que no se trata de boticas y pózimas como aquella famosa con la que la doctora Aslan prometía la eterna juventud con esencias de no se qué, sino de genes pero como somos casi primos, al menos parientes, a lo mejor nos toca algo de ello y no lo sabemos.
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