"La perrera mediática occidental, bien alimentada por los habituales fondos de reptiles, podrá intentar vestir el muñeco como quiera, pero la única realidad es que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha vuelto a ganar la partida geopolítica a sus rivales.
Tres puntos a señalar: a/ En la reunión del G-20, nada menos que en Ankara, se escenificó la derrota occidental cuando los países occidentales, noqueados por lo sucedido en Paris, tuvieron que aguantar el chorreo del Putin y Obama le pidió una “reunión privada” y secreta. No hace falta ser un gran analista para imaginar que Obama se plegaba a la nueva realidad: no ha podido con el líder ruso; b/ Putin puso en evidencia a 40 países con un “yo acuso” que corrió como un escalofrío cuando afirmó que algunos estaban sentados allí, en clara referencia a Arabia Saudita y Turquía. Este martes, Putin lanzó la “guerra total” contra las organizaciones terroristas que actúan en Siria, utilizando bombarderos estratégicos y misiles de crucero lanzados desde barcos en el Mediterráneo. Pero es evidente que esa demostración de fuerza es innecesaria para atacar a los desgarramantas asesinos del Estado Islámico. Ha sido un aviso muy serio a esos países que apoyan el terrorismo. Un aviso de que Rusia está dispuesta a utilizar toda su capacidad militar para acabar con los apoyos al terrorismo yihadista. C/ Por último, Putin ha tenido la sangre fría de esperar el momento oportuno para hacer público la trágica noticia de que la caída del avión ruso sobre el Sinaí fue causado por una bomba terrorista. Lo ha hecho cuando todo el mundo legitimaba la intervención francesa tras los sucesos de París. ¿Quién puede ahora negarle la legitimidad a Rusia para proceder de la misma forma ante un hecho aún más grave?
Putin ha demostrado ser un estadista de talla, el más grande sin duda de las últimas décadas. Ha sabido enfrentar la presión occidental y mantenerse firme sin ceder un milímetro y ganarles la partida a unos dirigentes occidentales empequeñecidos, débiles, inseguros, sin visión estratégica, que han quedado como monigotes al lado del presidente ruso (la anunciada visita de Hollande a Moscú para la próxima semana, ya es de traca). Solamente la canciller alemana Angela Merkel supo captar la que se venía encima y desde hace semanas se pone de perfil ante el enfrentamiento del bloque atlantista con Rusia.
Ahora intentarán vendernos un nuevo “desembarco de Normandía” cuando sobre el terreno las fuerzas sirias con el apoyo de la aviación rusa avanzan en todos los frentes. Pero este cuento ya no cuela. La bajada de pantalones de las potencias responsables del caos en Oriente Medio es ya evidente para quien sabe leer los acontecimientos. Y no hay más. El resto es el habitual ruido holliwoodiense…
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