Este articulo que aparece hoy en El País, está muy bien traído aunque acabe de mala manera...adjudica a Rusia unos grandes éxitos estratégicos para acabar con"el gran descontento interior..." Seguramente tiene algo de razón en cuanto a su apreciación pero yo estaba allí en los noventa...y había hambre....no me lo han contado...así que peor creo que no estarán partiendo de la base de que a mis amigos los deseo lo mejor y , quizás , lo mejor no sea esto provocado, sin ninguna duda, externamente.
Por otra parte convendría preguntarse si el índice de aceptación de los lideres europeos, o mundiales, es mejor que el de Putin porque el panorama no da más que datos alarmantes sobre la fragilidad de un sistema viejo casi recién nacido y que a todas luces no funciona.
Otra cuestión que debiera, en mi opinión, preguntarse aquí sería el por qué de un crecimiento de partidos emergentes en toda Europa, la vuelta a la órbita rusa del Este de Europa de algunos países del antiguo Pacto de Varsovia y la irresponsabilidad de cierta Prensa, mala, muy mala, que quiere dar al mundo lecciones de Democracia y decirle a la vez a quien tienen que votar...el caso más llamativo es el de EEUU y su Presidente electo Trump...recuerdo que un sector de la izquierda mas indocumentada, torpe, zafia y mentirosa llamó a los gallegos ignorantes por haber votado en masa al PP y nos sentó mal, muy mal, que lo hicieran entre otras cosas porque no era cierto...Ahora, y de una forma más sutil en los argumentos, que no en las razones,se está haciendo lo mismo con americanos, rusos y todo lo que pillamos por delante en un arrogante gesto de estar en posesión de la verdad como si la tuvieran...si así fuera y pudiéramos dar lecciones nos iría de otra forma...
En fin , aquí os dejo el enlace, lleno de verdades atribuidas a Putin en vez de a la inutilidad de las llamadas democracias occidentales , que es la realidad, y de conclusiones más que dudosas por no decir equivocadas, y es una pena seguir así, derivando las responsabilidades porque la única forma de encontrar soluciones, cada día más lejanas desgraciadamente, es poner la realidad encima de la mesa, dejar de mirarse al ombligo y darse una cura de humildad sin echarle la culpa al empedrado, al alcalde, a Putin, o a Trump simplemente porque no nos gustan. Somos unos perdedores porque no somos capaces de reconocer nuestros errores y así seguiremos mientras no tengamos verdaderos líderes que ilusionen, que trabajen, que agarren el toro por los cuernos y a los que no se les pueda aplicar el viejo refrán de "Consejos vendo y para mi no tengo".
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