Aun no es día 9 de mayo pero no me iré a la cama sin hacer este comentario porque quizás, solo quizás, alguien mañana en Rusia abra mi blog mientras desayuna y quiero que sepa que desde España les recordamos.
Mañana es el Día de la Victoria en Rusia, un jornada mas tarde que en el resto del mundo. Cuando se despierten los rusos mañana celebrarán la fiesta mas importante del año, la victoria en la Gran Guerra Patria que es como denominan a la II Guerra Mundial y allí donde se celebren paradas militares se apresurarán para coger un buen sitio en donde verlas y los veteranos sacarán a relucir sus uniformes y sus medallas que lucirán entre el respeto de todos, y cantarán y bailarán en los parques de alrededor, y las chicas les regalarán flores, hasta acabar una agotadora jornada, que la edad no perdona, para volver al atardecer a sus rutinas soñando entre nostalgias con las promesas que unos a otros se han hecho para volverse a ver el próximo año.
Los menos afortunados lo verán por televisión pero lo disfrutarán casi igual porque están orgullosos de la gesta de estos hombres y bien que pueden estarlo porque sin ellos la guerra hubiera tenido un final muy diferente y, como poco, seguramente habría sido mucho mas larga.
No me resisto a contaros que conservo como un tesoro la Estrella Roja al Valor que me regaló María Marchenko, su Estrella Roja, partisana en la región de Kursk con la que mantuve una entrañable amistad durante años hasta que falleció a los 96 ya hace cuatro. Mañana la llevaré en la mano como homenaje a ella y le contaré a todos los que se dejen su valor, su bondad y nuestra amistad y la recordaré como en la foto que tenía colgada en la cocina de su casa vestida de uniforme con su pelo recogido bajo una gorra cuartelera.
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