La primera visita obligada de cualquier turista a Moscú es el mirador de Luznikhi en donde cualquier guia, incluso yo que no lo soy , le dará una explicación sobre lo que luego verá mas detalladamente a partir de un primer plano en el que verá la gran curva del río Moskova, algo mas alejado el convento de Novodevichi y justo al frente el estadio de fútbol construido en nombre de Lenin, algunas de las instalaciones de la olimpiada que allí se celebró en el año 80 y uno de los dos circos rusos famosos en la ciudad y en el mundo y tratará de localizar los siete rascacielos, llamados Las Siete Hermanas o Rascacielos de Stalin, construidos para conmemorar el octavo centenario de la ciudad. Su proyecto realizado en los años 30 no se llevó a cabo sino en los 50-55 años después del previsto 1947 y se cuenta que lo acabaron los prisioneros de guerra alemanes como compensación a los daños causados no llegándose a construir el octavo previsto.
Con una altura media de 170-180 metros dos de ellos se convertirían en los hoteles Ukraina y Leningrad y un tercero en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El turista, sorprendido, preguntará sin duda en donde está el séptimo pues solo localiza seis y el guia con una sonrisa suficiente le dirá que mire a su espalda pues el séptimo es la mas genuina representación del barroco ruso: la Universidad Estatal de Moscú llamada de Lomonosov, majestuosa levantada en plenas colinas de los Gorriones, llamadas durante un tiempo de Lenin para recobrar con los nuevos tiempos su primitivo nombre.
Aun hay un octavo rascacielos pero no en Rusia sino en Varsovia convertido en el Palacio de la Cultura y de la Ciencia.
El barroco ruso que algunos pelotas del régimen llamaban staliniano es realmente bonito y espectacular aunque aplicado a las viviendas resulta estilo mazacote y responde a un patrón único de perfiles en la fachada escasos, gran arco de entrada a un inevitable jardín para los niños, los mimados del sistema, y si no fuera porque se ven a gran distancia por la anchura de las calles serian asfixiantes como sus mas genuinos representantes que se encuentran en la avenida Kutuzov entre otras. Pero cualquier cosa mejor que la fiebre constructora que asola Moscú estropeando su esplendido sky line.
Podríamos añadir que en realidad el estilo arquitectónico del que hablamos se llama Nariskhin en honor de la familia boyarda que construyó las primeras iglesias moscovitas de este estilo en la capital en el siglo XVII.
Otra curiosidad seria el Hotel Moscú que asoma sus balcones a la Manieznaya, los Jardines de Alejandro y el Museo de Historia y cuya fachada es asimétrica de tal forma que no pasa a nadie desapercibido este desfase.
Diseñado por Aleksei Schúsev, que tambien diseñó el mausoleo de Lenin, en 1931, se dice que presentó dos alternativas a la fachada en el mismo dibujo para que Stalin decidiera pero este se limitó a escribir en el diseño la frase Me gusta y al no saberla interpretar y para evitar su enfado se hizo de la guisa que aun hoy, muy remozado recientemente, se puede ver o alojarse en el.
En sus bajos hubo en los años 90 una taberna española llamada El patio español en la cual en junio de 1993 y en una época en que se pasó mucha necesidad con los productos alimenticios me comí una tortilla de patata absolutamente aceptable y para la situación mucho mas. La regentaba un asturiano cuyo nombre no citaré por si no le gusta con el que tuve la ocasión de hablar en un programa de radio por pura causalidad hace dos años y fue un placer recordar con el aquellos años. Aun sigue en Moscú. regenta otra taberna española pero en otro sitio pero fui prudente y no le pregunté como consiguió los huevos aquel año....
Por cierto y ya que he citado las olimpiadas del año 80 tambien diré que el logotipo de las mismas está tomado de la fachada principal de la Universidad moscovita de Lomonosov de la cual hemos hablado.
Podríamos añadir que en realidad el estilo arquitectónico del que hablamos se llama Nariskhin en honor de la familia boyarda que construyó las primeras iglesias moscovitas de este estilo en la capital en el siglo XVII.
Otra curiosidad seria el Hotel Moscú que asoma sus balcones a la Manieznaya, los Jardines de Alejandro y el Museo de Historia y cuya fachada es asimétrica de tal forma que no pasa a nadie desapercibido este desfase.
Diseñado por Aleksei Schúsev, que tambien diseñó el mausoleo de Lenin, en 1931, se dice que presentó dos alternativas a la fachada en el mismo dibujo para que Stalin decidiera pero este se limitó a escribir en el diseño la frase Me gusta y al no saberla interpretar y para evitar su enfado se hizo de la guisa que aun hoy, muy remozado recientemente, se puede ver o alojarse en el.
Hotel Moscú |
Universidad de Lomonosov |
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