No hay quien nos entienda, necesitamos un enemigo, vaya usted a saber por qué, para vivir, es como si el mundo tuviera que estar dividido a la fuerza, como si nos alimentaramos de miedo o como cuando subimos la montaña rusa que nos hace gritar de miedo pero seguimos subiendo en ella o en otras atracciones de feria de igual o mayor canguelo, que ya desde pequeños nos subíamos al tren de la bruja a pesar de que nos daba miedo y repartían en el escobazos, y lo hemos encontrado en Putin por lo que debiéramos estarle eternamente agradecidos pero resulta que no lo estamos, antes bien, lo censuramos fuertemente y no lo entiendo.
Tenemos el enemigo ideal, no hay fotos de el con ni siquiera una mueca amistosa, el rostro duro, la mirada profunda, el malo típico de película de tercera división, un pasado desconocido y enigmático ligado al KGB cuanto menos, nos acerca a Siberia, firme en el discurso....¿que mas queremos? o ¿es que no nos conformamos con nada ni con nadie?¿Que tiene que hacer Putin para ser nuestro malo?
Hombre del año |
Tuvimos al hombre ideal, Gorbachov, Gorby para los amigos, que creía en un mundo mejor y se puso manos a la obra para conseguirlo y resulta que nos lo cargamos o mejor dicho no le ayudamos ni un pelo a pesar de los esfuerzos tanto de el como de Raisa para humanizar a los ojos occidentales a la URSS pero, claro, no era malo, necesitábamos un enemigo que amigos ya teníamos bastantes.
Y ahora ¿que nos pasa?¿ queremos un malo pero no tanto? ¿A que parámetros debe de responder el malo que necesitamos? Pues mirad, a mí Putin me parece el malo ideal, ese malo que en las películas cuando le coge la policía casi nos da pena y gritamos avisándole como si nos pudiera oir así que yo en cuanto le vea le pienso invitar a cenar porque es mi malo, el malo que me parece mas nos conviene y ya no tengo ganas de buscar otro que además sería peor malo.
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