Segunda
de una trilogía iniciada con “Veintiún grados bajo cero”, “Ámbar” escarba en lo
más complejo del Alma rusa mezclando realidad con ficción, personajes inventados
con compañeros reales de fatigas, vino y rosas, en un intento de hacernos
comprender aquello que Churchill definió como “Un acertijo envuelto en un
misterio dentro de un enigma”. Si lo consigue o no, solo lo pueden decir los
lectores aunque, según Rafael González Crespo, cuando uno se introduce en el
corazón de Rusia llega un día en que se hace la luz y todo se vuelve de una
sencillez endiablada…y es que allí todo es posible y lo contrario…también.
¿Ficción?¿Realidad?
La ficción no existe porque la realidad la supera.
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