Si habéis llegado hasta aquí, tras haber leído la
primera parte habréis visto que os he propuesto un tema principal y muchos
secundarios en un intento de interesaros por un país, Rusia, con una serie de datos extraídos
de los libros y la prensa, aderezados con mi experiencia viajera que empecé
cuando el cambio oficial en la
URSS era un rublo por dólar, llegando a conocerlo hasta a
29.000 rublos por dólar, y más en el mercado callejero, y por las
conversaciones que mantuve y mantengo con tanto amigos que allí tengo y a los
que, a decir de ellos, la mejor forma en que ayudé fue escuchándoles. Ya veis
que no era difícil hacerlo, puesto que el tema me apasiona dadas las
similitudes que entre España y Rusia existen y que siempre me llamaron la atención,
y sin orden ni concierto os expongo algunas para que profundicen en ellas si es
su deseo.
Merece la pena decir
que casi nada nos separa a ambos pueblos más allá de la distancia y las
dimensiones, distancia relativa pues de Madrid a Moscú solo hay cuatro horas de
viaje y desde Barcelona a Kiev, la capital del Rus, solo dos horas y media.
Somos ambos
pueblos viscerales, necesitamos una idea
romántica, da igual que sea algo tan grande como la Patria o tan pequeño
como la selección de fútbol, esa selección campeona del mundo que llamamos la
Roja cuando este apelativo debiera llevarlo la rusa…en cuanto a la Patria..los
dos derrotamos a Napoleón algo que por aquellos lares nos recuerdan en cuanto
saben que somos españoles en donde también saben que Ortega y Gasset decía que
nos parecíamos mucho porque somos los extremos de la diagonal europea, algo asi
como eso, mas corriente de que los extremos se tocan…
Si un ruso viaja
al extranjero nadie le dará mas importancia, pero si viaja a España la
respuesta inmediata será “cuenta, cuéntanos”, pues nuestro país les atrae como
algo mágico más allá del sol o de otros tópicos más propios de turistas, y no
les atrae menos que a nosotros su país, y así, Pablo Sanz Guitian, en su libro
“Viajeros españoles en Rusia”, ofrece una recopilación de testimonios de los españoles
que allí fueron y dejaron escritas sus impresiones. Arranca con Abú Hamid en el
siglo XI y llega hasta nuestros días, si bien no es una recopilación exhaustiva
sino selectiva de lo que el autor consideró más interesante, con una muestra de
149 textos escritos por políticos, escritores, militares, hombres de negocios o
aventureros.
En el año 1998, y según
publicaba ABC, se editaba la 64ª edición del “Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha” en lengua rusa, con
una tirada de dos millones de ejemplares, lo que hace suponer que en Rusia hay más
“Quijotes” que Biblias, a pesar de que este libro sagrado fue el primero en ser
traducido al ruso por el monje Metodio, quien con su hermano Cirilo creo el
alfabeto cirílico, y así con ella, la
Biblia, se empieza la escritura en lengua rusa.
El Conde Tolstoi afirmó en numerosas ocasiones
que el Quijote había sido fuente de su inspiración, y Turgueniev tenía
verdadera pasión por aprender español, y, si bien es cierto que estaba
enamorado de la cantante española Paulina García, posteriormente casada con el francés
Louis Viadrot, amor que le acompañó hasta su muerte, acaecida precisamente en el
domicilio del matrimonio, no es menos cierto que disfrutaba leyendo las obras
de nuestros autores del Siglo de Oro en el lenguaje original, y afirmaba que el
Quijote bien pudo ser un caballero ruso.
El movimiento romántico
que encabezaba Puskhin en Rusia y que le convertiría en un héroe nacional de un
pueblo que ama la poesía y sus aceradas criticas
al sistema y su apoyo a los Decembristas, con quienes se carteaba, recuerda y mucho
a nuestro Mariano José de Larra. De una carta que escribió Puskhin a los
Decembristas
desterrados en Siberia extrajo Lenin la palabra “iskra” como titulo del
primer periódico revolucionario que editaron los bolcheviques.
También salvando
las distancias y el tiempo, podemos encontrar similitudes literarias y
culturales en las palabras de Tolstoi: “El ruso tiene apetencia por el
sufrimiento, le acerca a Cristo y Cristo a el”, en las que se adivina parte de
la teoría de Unamuno en su obra “Del sentimiento trágico de la vida”.
A la inversa es difícil
que un buen aficionado español a la lectura no haya hecho incursiones en el
propio Tolstoi, Dostoevski, Chejov y tantos otros, incluido Puskhin, a
sabiendas de las dificultades que se encuentran en las traducciones de este
genial poeta que manejaba la palabra de tal forma que era prácticamente
imposible captar plenamente el sentido en otro idioma, siendo curiosamente la
mejor traducción la realizada al asturiano por Federico Fierro en 1991 y
editada por la Librería
Académica de Oviedo. Aún muy recientemente, el Grupo de
Teatro del Centro Asturiano de Oviedo puso en escena una maravillosa estampa
costumbrista de Chejov con moraleja final, tan del gusto español. Y existe un
diccionario ruso-asturiano,
no sé muy bien por qué.
Si de música
hablamos, Rimsky Korsakof, que al parecer estuvo brevemente en Asturias,
compuso el “Capricho español”, y bien pudo componer cualquier otro, pero
compuso este, remedado con gran éxito de ventas por Luís Cobos en su recopilación
de música clásica y popular denominada “Capricho Ruso” en el cual se encuentra un fandango asturiano, lo cual reafirma la teoría de que estuvo en algún puerto asturiano , lo cual no tendria nada de extraño pues es sabido que era marino de guerra,
Es conocida la
correspondencia que mantenían Stravinsky y Falla, aunque no imagino como
pudieron iniciar su relación epistolar sin Facebook ni correo electrónico...
Mario Petipa fue nombrado Hijo Adoptivo de Granada, y el genial Glinka vivió en
Andalucía y en 1844 compuso su “Jota Aragonesa” y la suite “Una noche de verano
en Madrid”.
Las coincidencias históricas
son las más ricas y así los dos países combatimos a Napoleón y lo derrotamos, e
incluso en las filas rusas sirvió un regimiento español, el “Imperial de
Alejandro”, formado por desertores de las vanguardias napoleónicas que habían
sido enrolados a la fuerza en las filas francesas tras haber sido hechos
prisioneros en Dinamarca cuando el Marqués de la Romana no pudo evacuar a
todo el ejercito español allí reunido rumbo a Inglaterra.
La eterna
cantinela con la que los guías machacan a los turistas españoles cuando visitan
el Kremlin enseñándoles los cañones “conquistados a los españoles” tiene su origen
en estos desertores de las vanguardias napoleónicas que luego formaron el
Regimiento Imperial pues efectivamente servían en las piezas artilleras de
primera línea pero los cañones eran franceses y las intenciones españolas muy
distintas a las de servir a la sombra del águila.
Las costumbres de
la época permitían dar a los prisioneros la oportunidad de alistarse en las
vanguardias, el sitio evidentemente más peligroso, antes que pudrirse en un
campo de prisioneros, en este caso el de Hannover y así lo hicieron los
españoles con la sana intención de desertar en cuanto fuera posible si bien a
la primera intentona fueron masacrados por los cosacos que no entendían lo que pretendían
y considerados héroes temerarios por los franceses que alababan el ímpetu de
aquellos soldados.
Los dos países
tuvimos guerras civiles y posteriores dictaduras, si bien de muy distinto
signo, y así como en la guerra española combatieron soviéticos del lado
republicano, durante la II
Guerra Mundial la División Azul española se enfrento a Rusia
encuadrada en la Wehrmacht. Covendría decir que cuando a través de una
iniciativa privada que nace en Toledo, se trata de recuperar los cadáveres de
los divisionarios muertos en Rusia, la mayor ayuda para encontrar los
enterramientos la encuentran en los propios lugareños de la zona de los
combates lo que dice mucho y bueno de una gente generosa en verdad.
No seria justo
olvidar que en el bando vencedor de nuestra guerra civil también combatieron
rusos “blancos” del ejército de Vrangel que si bien eran mayoritariamente
oficiales con experiencia su contribución numérica fue más bien escasa. Estaban
encuadrados en los Tercios de Requetes y algunos casos aislados en la Legión. Generalmente
provenían del ROVS, y tenían sus propios capellanes y un periódico en ruso llamado
Chasavoi” o Centinela.
Los niños españoles
fueron evacuados durante la guerra civil allí, y no sé si alguna vez se ha
reconocido suficientemente el trato que recibieron los “sovispan” o “niños de la
guerra”, y que recibieron aún por encima de los propios niños rusos, teniendo
en cuenta las dificultades que Rusia atravesaba. Hoy, cuando la tragedia de Chernobyl
ha sacudido a aquel país, principalmente a la infancia, España devuelve el
gesto y son muchos los niños que pasan el verano entre nosotros reponiendo su
salud.
Somos ambos países
de mayoría católica, aunque de distinta fidelidad desde que el Príncipe
Vladimir de Kiev y su madre en el año 988 se convierten.
En fin, los rusos
son orgullosos, cultos pero brutos y en mi primera visita al hotel Belgrad de Moscú
tuve que dar cuatro vueltas con la maleta en la puerta giratoria antes de poder
entra en el hall porque alguien siempre se me adelantaba empujando sin ningún
miramiento aunque ayudo mucho mi poca experiencia mundana en aquel momento, con
una legión de talentos pero individualistas. ¿Les suena?, con un acentuado
sentido del humor, aficionados a las anekdoti, los chistes españoles y con un fondo en ellos que
más parece que la Ley
de Murphy fue escrita sólo para ellos y... para nosotros. Aquello atribuido a Chernomirdin
de “Lo quisimos hacer bien y nos salió como siempre…”
¿Más datos? Hay
muchos. Nuestra Señora de Kazan venerada en toda Rusia tiene un sospechoso
parecido con Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la cual, y bajo esta misma advocación,
se venera en Rostov Na Don, y nunca he llegado a saber por qué a Grusia,
Georgia,
se le llamo desde tiempos inmemoriales Iberia en uno de los dialectos locales, lo que
nos concede un status de primos lejanos de difícil justificación y obligo a
muchos autores a añadir “del Norte” a la denominación para distinguirla de
nuestra Iberia meridional.
Existe un pequeño
fleco histórico entre 1789 y 1801, años en los que el Zar Pablo nos declaró la
guerra por un “quítame allá estas pajas”, pero, como dada la distancia resultó
absolutamente incruenta, pues pelillos a la mar.
Acabó en 1801 con
la muerte del buen Pablo, quien, obsesionado por el asesinato de su padre, en
el que no participo pero si parece que estuvo enterado con anterioridad, se refugió
en el palacio Mijailovski de San Petersburgo, que había mandado construir para
estar a salvo de conspiradores. Como murió asesinado allí, parece evidente que
se equivocó.
En una famosa
comedia rusa, el protagonista viaja a Francia y, asombrado por lo que veía,
regresa a su país. Una vez instalado en su realidad, exclama: “No estoy loco,
simplemente soy ruso”…o español…
Otro día más.....sin ánimo ni exhaustivo ni académico precisamente pero espero que entretenido....
Los informes oficiales occidentales no dicen eso pues, de entrada, no está claro qué tipo de misil o misiles derribaron al avión en el que los ucranianos creían que viajaba Putin. ¡¡¡Seguro que no sabe nada de los dos cazas Shukoi ucranianos que volaban detrás del avión destruido!!!.