Turquia

Sigo con preocupación la situación turca que aunque aparentemente no tenga que ver con la llamada Primavera Árabe, yo sin embargo veo al menos unas consecuencias parecidas o,mejor dicho, demasiadas implicaciones.

Todo el mundo sabía que Erdogan tiraba a islamista pero nadie decía nada o al menos se era condescendiente al referirse a él porque Turquía es socio fundador de la OTAN, ya sabéis, guardián de las salidas de la URSS al Mediterráneo a través del Bosforo y los Dardanelos y había que contemporizar...

Y ahora la cosa se complica porque es frontera con Siria y también con el Caucaso...y el problema en Oriente Medio deja de serlo para alcanzar una universalidad preocupante...extendiéndose a través de Anatolia hacía los yacimientos petrolíferos del Mar Negro, BTC, Nabucco, Bakú-Subsa etc.

Siempre sostuve que Turquía nunca sería de la UE y que mejor haría en ser cabeza de ratón caucásico que posible cola europea pero en este momento no se sabe muy bien a que carta juega y yo creo que a convertirse en miembro islamista de la cada vez más grande comunidad musulmana beligerante y no creo equivocarme.

La deriva se venía venir, la mayoría de las mujeres en Estambul llevan pañuelo y un porcentaje importante burka negro con que no quiero ni imaginar como andarán en la Anatolia profunda...

Cuando los problemas se dejan crecer suelen tener mal arreglo y Occidente sigue ignorando las causas de estos problemas, pobreza e incultura, sin hacer nada por mejorarlo. Es muy fácil prometer el oro y el moro a los que nada tienen ni siquiera nada que perder y así nos va.Total mientras sigan guardándonos los estrechos...

Mientras tanto Rusia, que es la más lista de la escuela, toma posiciones en el Golán sustituyendo a unas tropas poco sacrificadas que en cuanto han visto las orejas a sirios, oposición e Hizbolá, han puesto pies en polvorosa así que tenemos a Rusia en Limasol, en Tartus y en el Golán ocupando los espacios que otros dejan vacíos, ley de vida en todos los ordenes, y ocupando el papel que quiere y cree tener en el desconcierto mundial, gesto de gran potencia como debe de ser.